Este es el primer planeta de los llamados transpersonales: más allá de lo personal. Sol, Luna, Mercurio, Venus y Marte son planetas personales, porque la psique se identifica rápidamente con ellos, tenemos un conocimiento esencial de los signos donde se ubiquen dichos astros en la carta natal, ya que forman parte de nuestra estructura interna. La mayoría expresamos de forma instintiva y espontánea el signo solar. Los mecanismos infantiles, cómo queremos a los demás y buscamos que nos quieran se relaciona con el signo donde esté la Luna. La manera de tomar información y comunicarnos dentro y fuera del sistema con el signo en que se halle Mercurio, y así sucesivamente. Sin embargo, a partir de Urano, ya no ocurre dicha identificación, a los tres últimos planetas nos cuesta reconocerlos como energías propias que nos conforman. Además se desplazan muy lentamente, el tránsito por cada signo dura entre siete y veinticinco años, son generaciones enteras las que comparten su ubicación, por eso se dice yo soy de la «generación de Urano/Plutón en Virgo».

Teniendo en cuenta lo anterior ¿cómo nos damos cuenta de que nos componen otras cualidades no tan obvias o visibles pero que también forman parte de nuestra estructura? A través de los aspectos que formen los transpersonales con los planetas personales y la casa en la que se encuentren, esa es su puerta de entrada a la psique personal. Lo habitual es que nos parezca ajena la energía de los tres últimos planetas, en especial si aún vivimos con los miedos saturninos, así cuando experimentamos sus tránsitos, muchas veces los sentimos como algo externo que se abate sobre nosotros y nos desestructura, nos disuelve o nos mata partes de nuestra psique o de nuestra vida sin que podamos hacer nada. En astrología el destino es todo aquello que me pertenece pero que no reconozco como mío, entonces me lo encuentro como experiencia externa. El «adentro y el afuera» desde esta perspectiva da igual, son vueltas de tuerca de la energía para que nos hagamos consciente de ella. Todos conocemos personas que buscan una relación estable y en cuanto hay peligro de que se produzca, la boicotean y salen huyendo despavoridos, para un astrólogo esta podría ser una manifestación de la energía de Urano a través de Venus o la Luna. Si la persona profundizara en su «naturaleza básica» comprendería que no quiere relaciones convencionales, que le es fundamental la libertad dentro de la pareja y que necesita mantener un cierto nivel de espontaneidad e incertidumbre, por ejemplo.

Antes de seguir adelante veamos cómo es la energía de Urano, el hecho de intentar estructurarlo a través de un discurso me aleja de su esencia, todos los modelos teóricos en su concepción son uranianos, pero en cuanto se aplican o se explican (Saturno) dejan de serlo y se convierten en otra cosa. Lo que hoy es novedad, mañana forma parte de nuestro mundo cotidiano. Su cualidad más característica es el espacio. Lo que está totalmente abierto y no tiene cierre, es la amplitud por excelencia, concepto inaccesible para el pensamiento racional y lineal, no hay principio ni final, el infinito. Lo más cerca que podemos estar de Urano es intentar imaginar el pensamiento vincular, que relaciona y encuentra opciones donde lo demás no vemos nada, es el planeta de los inventores, precursores, revolucionarios, aquellos que de pronto «captan más allá» y gracias a su intuición hacen avanzar a su época. Los amantes de las nuevas tecnologías con lo que supone la vastedad del ciberespacio y las infinitas posibilidades con las que pueden jugar, me entenderán, este nuevo territorio es puramente Uraniano, todos los descubrimientos, las novedades, los inventos caen bajo su dominio. El estado más parecido al uraniano que podemos conseguir, para que se entienda esta energía, es la meditación -las ondas Alfa cerebrales, las previas al sueño o las que emitimos cuando estamos relajados-, donde ya no hay apreciaciones subjetivas ni estados de ánimo, por lo que puedo relativizar lo que sea, esa percepción fría desapegada, reflexionando, creando nuevas posibilidades y puntos de vista, es típica de tal planeta, por eso rige al inventor, al revolucionario y al visionario. Es curioso que en esta época de Hackers casi todos están implicados en movimientos que tienen un alto significado uraniano: intentan mejorar el mundo con la razón a través de la solidaridad y cooperación entre los seres humanos, y la máxima divulgación del conocimiento que debe ser libre. Por cierto, el mito de Prometeo es uraniano.

Otra característica de esta energía es la rapidez, cuando Urano entra en juego todo se acelera. Al pensamiento le ocurre lo mismo, todos hemos experimentado el momento de integración del conocimiento que fuera, ese «caer en la cuenta inmediato» después de llevar algún tiempo estudiando alguna materia, de repente se encaja lo aprendido. También «el encenderse la bombilla» y ver con absoluta claridad la solución a algún problema que nos rondaba, son destellos de lucidez uranianos. Por tanto lo súbito, lo repentino, lo inesperado entra dentro de sus cualidades, desde un golpe de suerte a un accidente. Lo absolutamente singular, lo que no ocurrió jamás y no volverá a suceder son manifestaciones de su energía.

Su función dentro del sistema es la mutación, el cambio de patrones para que aparezca algo que no estaba previsto, esto es la creatividad por excelencia, la inspiración, la singularidad. En las cartas individuales vemos las áreas dónde la persona es más original y creativa, a través de que planetas tiene golpes de consciencia -un súbito darse cuenta, insight- que conducen a un pensamiento mayor, y a una gran capacidad de comprensión. Este planeta como el signo que rige, Acuario, es autodidacta. «Assange es un emprendedor tecnológico, y su proyecto es sin ánimo de lucro…. Gente como Steve Jobs y Bill Gates tienen en común con Assange que todos abandonaron los estudios pronto. Es algo muy común entre hackers y emprendedores tecnológicos. Empiezan sus estudios, sienten que no encajan, estudiar les parece aburrido, lento. Lo dejan» Charles Ferguson

Otra particularidad de este planeta es que si no tenemos integrado a Saturno, cualquier nueva idea, intuición que venga por parte de Urano, Saturno la sentirá como una amenaza y socavará cualquier intento de cambio. Urano incluye y trasciende a Saurno, Neptuno incluye y trasciende a Urano. Es como la gran cadena del ser (esquema adjunto). Por eso encontramos en algunas ocasiones posturas uraninas irracionales y fanáticas, cuando no dispongo de una buena base donde apoyar mi personalidad, cualquier imprevisto la socava y me incomoda, si por el contrario ya he integrado a Saturno podré expresar lo que soy sin conflictos, sin importar que a veces interfiera con mi entorno o mis allegados, tener una sana estructura saturnina me da la seguridad para poder expresar la parte más original y única -Urano- de mi psique.

Un accidente, un flechazo, una idea inspiradora son ejemplos de tránsitos -la manera de actuar en un momento determinado- de este planeta, sin embargo, si miramos más de cerca esas experiencias siempre vienen para darnos la oportunidad de entender algo a un nivel superior, por ejemplo, si estoy metida en una relación conflictiva un tránsito de Urano me puede ayudar a darme cuenta, ocurre un hecho imprevisto que me obliga a ser consciente de lo que tengo, independientemente de lo que haga luego. En otra persona con las relaciones afectivas integradas o desarrolladas plácidamente, el mismo tránsito puede que le haga ver otras nuevas formas de expresar su amor o su creatividad, pero en ambos casos ocurrirá de manera rápida y por algún acontecimiento repentino que les hace ver algo de lo que antes eran incapaces de percatarse.

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