Uno de mis hermanos es Géminis, los que tengan algunos conocimientos de astrología comentarán que apropiado, puesto que dicho signo se relaciona con este tipo de parentesco. El tópico de la doblez que se les atribuye, en su caso era una reducción, casi un eufemismo, mi hermano no contenía gemelos sino sestilillos, y eso sin querer exagerar ni un ápice.
El comienzo del día en la casa de mis padres, venía siempre condicionado por mi “querido” hermano. En primer lugar había que saber con qué personalidad amanecía, en realidad con qué humor, pues aunque solía tener buen carácter -este signo es muy simpático y chispeante- le cambiaba no sólo de un día para otro, sino de un instante al siguiente. De forma arbitraria, podía pasar de la risa al enfado con una rapidez y una facilidad asombrosa. Como decía, una vez comprobado su estado de ánimo, comenzaban los dilemas, los suyos, que se empeñaba en hacernos participes. Dudaba de todo, y cuando digo todo estoy diciendo absolutamente de todo. Y lo peor no era eso, el problema radicaba en que lo hacía en voz alta y con la premeditada intención de que le diéramos nuestra opinión. No sé para qué, puesto que “jamás” tuvo en cuenta el parecer ajeno, creo que ni siquiera se paraba a escucharnos, lo hacía para que alguien le diera “cancha” y así continuar con sus diatribas. A este signo le gusta hablar, debatir, no le hacen falta muchas excusas.
Cuando se levantaba tardaba siglos en salir de casa, la primera disyuntiva, que se repetía día tras día -inagotable- consistía en ¿me ducho o mejor desayuno antes? Una vez establecido el orden, el siguiente dilema ¿qué desayuno?, comprenderán que intentáramos no aparecer por la cocina mientras él no hubiera terminado, los monólogos eran más o menos así, me tomaría …, pero debería tomar…, sin embargo, creo que lo que de verdad me apetece es…, no aunque lo mejor va a ser….
Pasaba acto seguido a la difícil tarea de elegir el vestuario, y ahí nos daba igual escondernos porque si no nos encontraba, nos buscaba. Comenzaba el ¿qué me pongo?, el traje gris te gusta con la corbata de escudos, contestábamos a boleo, rogando para que nos dejara en paz, le decíamos: ¡oh, si! te queda estupenda. Y ya estaba el lío armado. – Pero como me voy a poner esa corbata que es de tonos marrones con el traje gris, imposible. Me podría poner el azul marino, pero entonces con qué camisa, te parece la naranja o es muy atrevida. Daba igual la contestación, la polémica estaba servida, hasta que no se vistiera resultaba inútil eludirlo. ¡Horror!. Le dijéramos lo que le dijéramos, lo discutía, y el a lo suyo: no porque si me pongo la verde, no combina con el gris, y además quiero dar aspecto conservador y con este traje…, etc., etc., etc.
En fin, dudar y hablar es lo que más le gusta, de hecho ejerce como abogado con bastante éxito, no pierde un caso. La clave está en que transmite lo que siente, lo que lleva dentro: dudas, y ya se sabe que no se puede condenar a nadie mientras exista una duda razonable. Una de las cosas que aprendí gracias a él, es que aparte de conceptos absolutos, la verdad es relativa y depende de la perspectiva con que se mira, me enseño a ponerme en varios lugares a la vez al plantearme problemas. Quizá no tuviera mucho sentido práctico, pero cuando razonaba cualquier cosa, la desmenuzaba y analizaba desde todos los puntos de vista. Resolver el problema rara vez, pero desde luego saber todas las implicaciones, consecuencias, interrelaciones, os aseguro que no existe nadie como él.
Y por último y en tono confidencial les diré lo que más me gustaba de mi hermano, era como el periodista -el cronista local- del vecindario, de nuestros familiares y amigos. Sabía todo lo que les ocurría, nunca averigüe cómo llegaba a enterarse, pero si querías conocer lo que fuera de fulano o mengano, no había más que preguntárselo. Si alguna vez le tachamos de “cotilla”, que es lo que era, se ofendía y decía que sólo se trataba de información.
Va a cumplir cincuenta y de verdad que no se le nota, ni físicamente aparenta su edad, además sigue igual, a veces se lo comentamos: hijo, por ti no pasan los años. Lo expresamos porque estamos alucinados, resulta impermeable al tiempo y la experiencia, tenemos un eterno adolescente en la familia, y ya se sabe que la juventud siempre trae alegría, ingenuidad y curiosidad.
Como siempre me ha gustado mucho, espero con gusto los lunes para leer tu articulo.
Gracias
Muchas gracias Emilia!
Seguiré publicando cada lunes, es un placer tener lectores como tu.
Un abrazo. Isabel
Gracias Isabel!
Qué forma más bonita y sencilla de presentar a Los Gemelos
,, tienes también valor para poner a tu hermano de ejemplo
Un abrazo y mil sonrisas!
Un placer! Gracias a ti por tu amable comentario.
Un abrazo. Isabel
Que bueno, yo también tengo un hermano igualito!! jaja que bien lo describes, jo! parece que le conoces y menos mal que tiene toque irónico, porque el día a día es terrible!! jaja Gracias por transmitirnos tu sabiduría con tanta facilidad. Recibe un cordial Saludo.
Muchas gracias a ti Luis, es un placer tener lectores tan agradables y amables.
Un abrazo. Isabel
Hola, yo tengo un geminis en casa que es mi pareja, por las mañana cuando empieza con las preguntas de la ropa me escapo.
Tiene los 50 y está haciendo ahora las travesuras de adolescente.
En mi casa hay un punto de ingenuidad con él y le quita importancia a las cosas difíciles
Un besito Isabel, me ha gustado.
Gracias Loli, un punto de ingenuidad, de alegría y la capacidad de relativizar cualquier problema. Eres afortunada, muy afortunada.
Y para mi es un honor tenerte entre mi lectoras y amigas.
Un abrazo grande. Isabel
vaya, vaya querida Maribel maga me he visto reflejada con mis dudas y mis incertidumbres, con mi cambio de humor y con mi poder de comunicación.
un acierto, muchas gracias.
besitos rosas
Muchas gracias querida Rosa… me alegro de que te haya gustado, nadie mejor que tu para evaluarlo.
Un beso grande. Isabel
JA JA JA ¡Que buena descripción has hecho! Yo también tengo un hermano geminis y es así, como lo describes, nos vuelve locos a todos pero es encantador. Me encanta como transmites tus conocimientos astrológicos a través de tu experiencia personal, esa forma tan práctica y ese sentido del humor que siempre me hace reir. Nunca había leído a ningún astrólogo así y me encanta ¡es genial!. Gracias.
Muchas gracias querida Berta!
Es un placer leer tu comentario y tenerte como lectora, te reitero mi agradecimiento y te mando un fuerte abrazo. Isabel
No soy experta en estos temas, lo lamento.
Un saludo. Isabel