Me he levantado esta mañana como si fuera Aries, con una extraña fiebre, no de enfermedad, si no de anhelo, de deseo. Con la esperanza de un descubrimiento. Supongo que casi todo el mundo ha sentido el vértigo de la excitación ante una nueva aventura, la intuición de infinitas posibilidades ante un comienzo, una puerta que se insinúa para abrirse. Pues bien, así he amanecido, sin poder contener las ganas de entrar en acción.
Tengo un montón de amigas Aries, por lo que estas ansías no me son desconocidas; estoy acostumbrada a su vehemencia, su perpetuo movimiento –me muevo luego existo podría ser el lema de este signo–, y al ímpetu con el que emprenden cualquier empresa. Invariablemente caigo en sus redes, me contagio de su entusiasmo. No existe nada más contagioso que la alegría y la pasión, y Aries te desborda, y así sin proponérmelo me veo involucrada/arrastrada en proyectos que nunca acabo de entender del todo. Y es que los Aries aparte de abstractos en sus planteamientos, suelen ser muy rápidos y atropellados en su manera de comunicarse. Si a esto le añadimos el “subidón” que les produce la aventura, comprenderán que resulte imposible enterarse de lo que está sucediendo a su alrededor y porqué, al menos de una forma medianamente coherente.
Una de mis mejores amigas es Aries, como sabe que soy una “facilona”, cada dos por tres me envuelve en los vapores de la excitación por lo que, sin previo aviso, me encuentro planeando e ideando como si sus proyectos fueran míos.
Cuando por fin estoy involucrada al máximo, con unas ganas de lanzarme a la acción que no me aguanto ni yo ¿qué creen que ocurre?, pues ¡lo normal! en un Aries, y por supuesto, lo completamente anormal en un Virgo. Es decir, mientras uno está apenas cogiendole el ritmo, al Aries se le esfumaron las ansias, la aventura le parece desfasada, y ya está inventando otra cosa más ilusionante e intensa que la anterior. No puedo evitar sentirme abandonada, en la estacada, frenada cuando estoy a punto de llegar al clímax, que ya sé, no alcanzaré. Entonces me vuelvo Ariana o Marciana y sale toda mi rabia, me imagino que haría un Aries puro en mi situación y llego a la conclusión de que pasaría a la acción, a la confrontación directa, mediría fuerzas. Pero como tengo al planeta rojo en un signo de aire, prefiero verbalizar mi cólera vociferando. Para las invectivas busco argumentos –justos e injustos en esos momentos me da igual sólo quiero hacer daño– para escupir a mi amiga, como aderezo, o tributo a Marte, lo que prefieran. Lo suelo acompañar de imágenes adecuadas –Quentin Tarantino es mi modelo a seguir– acerca de lo que realmente se merecería por dejarme en ese estado: colgada al borde del abismo.
Os podéis creer que a mi amiga mis ataques le encantan, la hacen reír, y encima me acompaña, me jalea y me da ideas. Dice que con nadie puede compartir la parte salvaje de su naturaleza, excepto conmigo cuando me pongo como me pongo. ¡Desmoralizador!.
Hoy de nuevo espero ilusionada –he vuelto a picar el anzuelo, lo confieso–, con infinitas ganas de “marcha” en el cuerpo, y a la vez rogando al cielo, a la Divina Providencia, al Dios hebreo aunque no sepa rezar en su idioma, que mi querida Aries no cambie de opinión antes de terminar el desayuno. Sin embargo, he de reconocer en mi fuero interno que me encanta este vértigo, esta agitación, que me producen las locuras de mi amiga. Es como enamorarse. Por eso la sigo. En el fondo los objetivos me dan lo mismo, carecen de importancia, a estas alturas me resultaría insoportable vivir sin emocionarme tan profundamente por cosas cotidianas, que ella convierte por la magia del entusiasmo en maravillosas aventuras: comprarse unos zapatos, un chico nuevo, conocer un restaurante del que le han hablado, una película, un paisaje, el olor a primavera.
Estas eran las hazañas que mi amiga emprendía como si se tratara de encontrar el Santo Grial. ¡Bendita sea!. Vivía cada instante enamorada de la vida y se le notaba, y lo mejor de todo es que nadie se salvaba del contagio.
Que bien lo expresas y que fácil y rápido nos lo has contado. Será la energía de aries! Gracias por deleitarnos con tus escritos. Seguimos en contacto..
Muchas gracias Bruno, un placer compartir con gente como tu.
Un abrazo. Isabel
Es cierto, qué bien lo expresas, y mi propio marte en Aries no puede menos de aplaudir tan buen comentario.
Gracias por compartir con nosotros tu saber, incluyendo además complicidad y humor: otra vez la Isabel de siempre, a la que queremos tanto
Pedimos más, por supuesto…
Querida Michelinne, no puedo más que sentir agradecimiento por tus amables comentarios. Para mi sí que es un honor contarte entre mis amigas.
Un abrazo muy fuerte. Isabel
Mi querida Isabel,
Me quedo admirada siempre que leo tus publicaciones. Lo que mas me gusta es que realmente trasmites tu buen saber y amor por la Astrología y ese enamoramiento te hace cuidarla, respetarla y exponerla de una forma envidiable. Como bien dices, los Aries arrancamos en quinta y luego reducimos marcha. Ojala todos nos entendieran como tu.
Un beso enorme ¡¡
Querida Olga:
Muchas gracias por tus comentarios, te lo agradezco de todo corazón, me alegra que te haya gustado, nadie mejor que tu para saber de este signo.
Un abrazo muy fuerte!!
Hola Isabel al leer tu historia me identifico totalmente con tu amiga, es lo que me pasa a mi, en estos tiempos tan difíciles, me emociono cuando me levanto como si fuera el día más importante; de la cantidad de cosas que me van a ocurrir.
Y yo sin saberlo, hay días que realmente me pasan esas cosas tan maravillosas y otros no pero da igual, al día siguiente me vuelvo a levantar con la misma emoción.
«Estoy enamorada de la cerámica»
Un beso muy fuerte.
Muchas gracias Loli, me encanta que me lo digas, pero sobre todo que lo vivas con esa alegría. Te agradezco que lo compartas.
Un abrazo. Isabel
muy buenos dias acabo de enterarme de tu pagina y la verdad es que me parece estupendo no sabia de mas personas interesadas en estos temas, aqui tienes un nuevo lector que seguira visitandote a diario.
Pues encantada y agradecida de tener un nuevo lector. No sólo interesada, es mi vida.
Un fuerte abrazo. Isabel
hola acabo de enterarme de tu pagina web y la verdad es que me parece estupendo no sabia de mas personas interesadas en estos temas, aqui tienes un nuevo lector que seguira visitandote quincenalmente.
Que cosa tan encantadora; lo que he leído aquí me atrapo desde el inicio, aunque soy leo comparto lo descrito aquí de mis amigas arianas, no le quitaría ni pondría mas a estas letras que son perfectas…
Muchas gracias por tus amables palabras. Como Leo también eres un signo de fuego como Aries, por lo que compartís algunas características. De nuevos gracias.
Un afectuoso saludo. Isabel